ARCANA NOTICIAS

Las noticias mas relevantes aquí y ahora

México busca frenar propaganda extranjera en medios: la polémica reforma a la Ley de Telecomunicaciones

Loading

El gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha propuesto una reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que ha encendido un intenso debate nacional e internacional. La iniciativa busca prohibir la difusión de propaganda política o ideológica financiada por gobiernos extranjeros en medios mexicanos, incluyendo televisión, radio y plataformas digitales.

Esta medida nace en respuesta a un evento reciente que causó gran controversia: durante la transmisión de un partido de fútbol en horario estelar, Televisa emitió un anuncio antiinmigrante producido por el gobierno de Estados Unidos. El spot, protagonizado por Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, alertaba sobre la persecución y deportación de migrantes indocumentados. Esto provocó una fuerte reacción en México, donde el mensaje fue considerado discriminatorio y ofensivo, especialmente al ser transmitido por una cadena nacional.

La presidenta Sheinbaum respondió enérgicamente, afirmando que “México no hace propaganda en los medios de comunicación de otro país” y calificando el anuncio como una forma de injerencia extranjera inaceptable. A raíz de este incidente, el gobierno mexicano presentó una reforma legal para evitar que algo así vuelva a ocurrir.


¿Qué propone la reforma?

La propuesta incluye varios puntos clave que modificarían de forma significativa el funcionamiento de los medios de comunicación en México:

  1. Prohibición de propaganda extranjera:
    Se plantea que ningún medio mexicano, ya sea tradicional como la radio o la televisión, o digital como redes sociales y plataformas de video, pueda transmitir mensajes políticos, ideológicos o comerciales financiados por gobiernos de otros países. La única excepción serán los contenidos con fines culturales o turísticos.
  2. Sanciones económicas severas:
    Las empresas que violen esta norma podrían enfrentar multas que van del 2% al 5% de sus ingresos anuales. Estas sanciones serían aplicadas por la Secretaría de Gobernación.
  3. Creación de una nueva agencia reguladora:
    La reforma contempla eliminar el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el organismo autónomo que actualmente regula a los medios, y en su lugar crear la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT). Esta nueva entidad dependería directamente del Poder Ejecutivo y tendría amplias facultades para otorgar concesiones, vigilar contenidos e incluso bloquear plataformas digitales si se considera necesario por motivos de seguridad nacional, evasión fiscal u otras razones.

¿Por qué es polémica?

La iniciativa ha generado una fuerte división entre distintos sectores de la sociedad. Por un lado, el gobierno argumenta que la medida es necesaria para proteger la soberanía nacional y evitar que gobiernos extranjeros influyan en la opinión pública mexicana, como ocurrió con el anuncio estadounidense.

Por otro lado, medios de comunicación como Televisa y TV Azteca han criticado duramente la reforma, especialmente por el monto de las sanciones económicas y por la ausencia de un proceso de consulta previo. Advierten que podría abrir la puerta a la censura y al control excesivo del Estado sobre la información.

Uno de los puntos más polémicos es el artículo 109, que permitiría al gobierno bloquear plataformas digitales por razones que muchos consideran ambiguas. Aunque la presidenta Sheinbaum ha asegurado que se revisará la redacción para evitar malentendidos, muchos temen que esto sea un pretexto para controlar el acceso a información en internet.


Antecedentes en México

Aunque no hay antecedentes directos de una ley que prohíba explícitamente la propaganda extranjera en medios mexicanos, sí existen varios hitos históricos que muestran la preocupación del país por la influencia de intereses foráneos o el control estatal de los medios:

  • Durante el siglo XX, especialmente en el contexto de la Guerra Fría, el gobierno mexicano vigiló con atención la influencia ideológica proveniente del extranjero. Aunque no hubo leyes específicas como la actual, sí se ejercieron controles informales sobre los contenidos considerados ideológicamente “peligrosos”.
  • En los años 70 y 80, el auge de la televisión por cable generó inquietudes sobre la influencia cultural estadounidense, y se discutió la necesidad de regular contenidos para preservar la identidad nacional.
  • En 2006, luego de las elecciones presidenciales, se denunciaron intentos de injerencia a través de medios internacionales y campañas digitales con posible financiamiento externo, aunque no se formalizó ninguna regulación al respecto.
  • En 2012, nuevamente en contexto electoral, hubo alertas sobre campañas en redes sociales con apoyo externo, lo que encendió las alarmas sobre la falta de regulación digital.
  • En 2013, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, se promulgó una reforma constitucional en materia de telecomunicaciones que buscó ampliar el acceso a internet y diversificar la oferta de medios. Sin embargo, fue muy criticada por organizaciones civiles y expertos en libertad de expresión, quienes advirtieron que ciertos artículos abrían la puerta al control gubernamental de contenidos y a posibles restricciones a la libertad informativa.
  • En 2018 y 2021, con el crecimiento de las redes sociales como canales de comunicación política, regresaron los debates sobre si era necesario imponer controles a los contenidos digitales, pero las propuestas no prosperaron.

Con esta nueva reforma, el gobierno de Sheinbaum intenta por primera vez establecer sanciones económicas claras, integrar medios digitales al régimen de regulación y reorganizar por completo el aparato regulador nacional.


Estado actual de la reforma

En estos momentos, la propuesta está siendo discutida en el Senado. De ser aprobada, pasaría a la Cámara de Diputados para su análisis final y eventual promulgación. Aunque la mayoría oficialista podría permitir su aprobación rápida, la creciente controversia ha generado presión para abrir el debate y escuchar a todas las voces involucradas.


¿Qué dice Estados Unidos?

Aunque el gobierno estadounidense no ha emitido un comunicado oficial al respecto, diversos analistas consideran que esta reforma podría tensar las relaciones diplomáticas, especialmente en un contexto donde la campaña electoral en Estados Unidos ha utilizado un discurso antiinmigrante como parte central de su estrategia. El anuncio que detonó la crisis fue precisamente parte de la campaña del expresidente Donald Trump, quien busca regresar al poder en 2025.


¿Ha pasado algo así en otros países?

Sí. En años recientes, países como Rusia, China, India y Hungría han aprobado leyes que regulan o limitan la difusión de propaganda extranjera en sus territorios, en muchos casos bajo el argumento de proteger su soberanía informativa. Sin embargo, en varios de esos casos, organismos internacionales han señalado que dichas medidas también han sido usadas para restringir la libertad de expresión o suprimir voces críticas.


¿Qué implicaciones tendría?

Para México, esta ley implicaría un cambio importante en la manera en que los medios operan, al imponer nuevas responsabilidades y restricciones. También representaría un paso hacia un modelo más centralizado de control de la información, lo cual preocupa a defensores de la libertad de expresión.

Para otros países, especialmente aquellos que mantienen relaciones estrechas con México o con comunidades migrantes importantes, esta reforma podría ser vista como una advertencia: no se tolerará la injerencia extranjera en el debate público nacional.


En resumen

La reforma a la Ley de Telecomunicaciones busca cerrar la puerta a la propaganda financiada por gobiernos extranjeros en México, pero abre muchas otras preguntas. ¿Hasta qué punto debe protegerse la soberanía sin poner en riesgo la libertad de expresión? ¿Quién decide qué es propaganda y qué no? ¿Y cómo asegurar que estas nuevas facultades no sean mal utilizadas?

La respuesta a estas preguntas definirá no solo el futuro de los medios en México, sino también el equilibrio entre seguridad, soberanía y libertad en la era digital.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *